Un dilema de profesiones
Entre
el hospital y la tarima
Historia de un reconocido cantante que desde que empezó a
amar el arte, ha pasado arduas pruebas para decidir ser médico o cantante.
Quien
iba a pensar que en el cuarto piso del Hospital Fernando Troconis de Santa
Marta, se encontraría el cantante que alguna vez hizo vibrar, encoger
corazones, despertar sentimientos y bailar con euforia a un país; pero esta
vez, cumpliendo con una labor de servicio que al igual que la música, decidió
escoger para su vida
Mario
Vargas Posada, ex vocalista del grupo de reggaetón Blindaje 10, a quien también
llaman ‘Mike’, vestido de uniforme de médico de color azul cielo, recuerda con
sentimientos encontrados los momentos decisivos que vivió mientras su amor por
la música lo llevaba varias veces a interrumpir su formación profesional y
tener estancada la carrera que en un futuro podría ser más seguro que el fugaz
mundo del arte.
Era
de saberse, la música había tocado sus sentidos y había penetrado hasta el
rincón más ínfimo de sus venas, y al ritmo de su circulación sanguínea, esta se
desenvolvía en su vida. Su fama nació en el 2007 cuando ‘amigos especiales’, la
canción que fue cantada más de miles de veces, dio su estallido final, sin
pensar que esa sería la que acabaría interrumpiendo sus estudios de medicina. Con
‘amigos especiales’, Mario tenía la certeza de que su canción iba a ser un
éxito. Esta melodía lo conmovía, le daban ganas de bailar y le causaba alegría.
“Yo me estaba gozando la canción como si fuera de otro artista y le dije a mi
compañero: esta canción se va a pegar firme, y él no lo creía”, afirma Mario.
Rodeado
de un agotador ambiente, el de los hospitales, mientras piensa con convicción
en salvar vidas, ‘Mike’, de ojos cafés y cabellos finos, mira hacia arriba,
quizás recordando que vivir amando la música fue lo que desde un principio premeditó
al entrar a ese mundo
Inicios y altibajos
en la música
Tenía
ocho años. Llegaron los días en que, con espíritu inocente, podía demostrar su
talento innato. Empezó cantando en festivales y coloquios de su colegio. Cada
momento se convertía en algo definitivo para su vida, se daba a conocer e incursionaba
como toda una estrella. De esta manera, el Grillo, apodado así por la gente, y
aún no sabe si fue por su voz o su delgada contextura, siempre tuvo el apoyo de
sus padres. Nunca hizo cursos de canto, precisamente por su deslumbrante
talento
Los
años habían pasado y ya Mario estaba en segundo semestre de Medicina cuando el
canto tocó con seriedad las puertas de su vida, pero tuvo que dividir su tiempo
entre una pasión y un hobbie, y así continuó con su carrera universitaria, aquella
que al principio parecía no enamorarle. Como siempre, llega el momento de
decidir qué es lo primero y con qué se va a quedar.
Todo
empezó gracias a Edwin Narváez, quien había sido disc-jockey de una emisora de
gran auge: La Mega. En el 2003 Narváez lideró el proyecto de Blindaje 10 para
empezar con la música porque en ese tiempo sólo había un grupo en Colombia que
se dedicaba al reggaetón, Latin Dreams. Como todo un experto en música, descubrió
a Jaider Pérez, quien posteriormente fue compañero de fórmula de Mario hasta
inicios del 2014. En 15 días ‘El triángulo perfecto’, conformado también por un
cantante sanandresano, grabó su primera canción, tema que retumbaba con furor
en Barranquilla, Santa Marta y Cartagena.
Como
todo, las adversidades entraron en su vida y su carrera, y con un sentimiento
de impotencia y frustración ‘Mike’ las enfrentaba. Sus ganas de no acabar con
la música eran más fuertes que la resonancia que llegaron a tener muchas de sus
canciones. Asimismo, tuvo importantes momentos que le llenaban el corazón de
plenitud, tanto que llevaron su talento hasta lo internacional; y por supuesto,
la acogida de los fans fue un momento de clímax. Por ejemplo, su separación de
Jaider, más conocido como ‘White’, fue un momento duro y complicado debido a
que es aquí donde razona que su parte estable no era la música. Mario, con
seguridad, aunque no tan animado por su situación, dice que “tenía claro que
debía terminar la carrera”.
Mario,
un apasionado cantante que con sus delicadas manos agarraba un micrófono y
derrochaba actitud y energía mientras debutaba en un escenario y, además, hacía
prevalecer el valor de la humildad a pesar de la fama, dice con profundo
sentimiento que hubiese querido que su carrera contara con otra suerte puesto
que “hizo falta tomar mejores decisiones en momentos de crecimiento, como
volver a reinvertir en el proceso, el cual terminó enfriándose”. Paralelo a
ello, su cabeza estuvo firme cuando ese tal mundo de la farándula les ofrecía
en pocas palabras: un desorden personal y profesional.
El dilema entre
carreras
“Cuando
inicié con la carrera, no era que me gustara mucho”, asiente Mario como si se
arrepintiese de haberlo manifestado alguna vez. Pero, a pesar de no tener sus
objetivos profesionales bien claros en su vida, avanzó hasta séptimo semestre…
hasta que llegó con más fuerza la música. Esta interrumpió sus estudios en el
2009, aunque muchas veces también habían sido relegados a un segundo plano
porque en las épocas de éxito artístico le quedaba poco tiempo para estudiar,
incluso muchos semestres fueron aplazados.
Su
espíritu humanista lo condujo a escoger la medicina como su carrera
profesional, porque “el poder ayudar a alguien que necesite que se le salve la
vida y prestar un servicio”, tal como lo afirma, ha sido la motivación durante
sus años de estudio.
Pero,
pasión es pasión, entre la medicina y la música, este dulce y apasionado
cantante tiene muy claro que para él la medicina, aunque sea una bella obra, es
su sustento y la parte segura de su vida, pues, dice que aunque lo que más ama
es la música, no podría confiarse netamente en ella. Con un brillo especial en
sus ojos dice “mi pasión y profesión es la música, mi hobbie es la medicina”.
Y
esto no es todo, desde hace un año su vida dio un giro espiritual que lo
conduce a pensar en nuevos proyectos y emprender un estilo diferente. Mario se
dedica a Dios porque “A través de la música se puede llegar a conseguir mucha
gente para el Reino, que es el propósito que Él tiene para la vida de todos”,
puntualiza muy confiado; ahora, está pensando en un futuro hacer música para Él.
“Dios me dio un talento para que yo pueda ayudar a alguien más”, afirma con
ojos llenos de ilusión.
Actualmente,
luego de haber pasado por grandes momentos de reflexión y haber alcanzado
estabilidad para sus dos carreras, su rutina se resume en las sentidas obras que
lleva a cabo en el hospital, combinadas con las diligencias para su nuevo video
musical. Mario cuenta las experiencias de su vida, su trabajo y su pasión, satisfecho
de haber logrado pasar una gigante barrera, mientras una leve sonrisa se dibuja
en el rostro de rasgos afinados y una boca delicada para decir con todo el
sentimiento: “Mi carrera musical no la voy a parar”.
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