jueves, 20 de noviembre de 2014

Martínez Adalberto, Crónica sobre un personaje


La abogacía como profesión y las artes como hobbie

El retrato abstracto de la ley

Tener libre albedrio para tomar tus decisiones, te convierte en un triunfador, pero si no están bien fundamentados te dejan como perdedor.

Por: Adalberto Martínez


Son las 4:00 de la tarde, Alejandro -como le gusta que lo llamen sus amigos- llega siempre a ‘La Zona’ – el único lugar de la universidad donde se hace de todo menos estudiar, es algo así como un estado independiente con sus propias reglas de juego,  dentro del país denominado ‘La Sergio’- , López suele sentarse en una mesa, rodeado de árboles, acrílicos y acuarelas. El más antiguo y destacado del grupo de pintura, tiene a su cargo guiar a los nuevos talentos. Pinta  a medias su trabajo, mientras que aconseja a los jóvenes a su cargo, quienes no dejan de solicitar su ayuda repetidamente. Con la poca paciencia que le queda, se levanta de la mesa bruscamente y un tarro de pintura roja cae sobre su boceto de una mariposa monarca, al ver el accidente ocurrido trata de buscar la manera más sutil y calmada de solucionarlo, recordando que sus ataques de ira nunca lo llevan a nada bueno y que de las malas situaciones pueden salir buenas reflexiones o en su caso buenas expresiones.

Vivir con su madre, su padre y su hermana menor en un ambiente de vida casi ‘perfecto’, lo ha llevado a pintar sus más oscuras experiencias, que van desde los tonos mas fríos hasta los colores mas cálidos de su existencia.

Wilson Alejandro López es un joven estudiante de derecho de la Universidad Sergio Arboleda. ‘Sal si puedes’, es el sobrenombre que le han dado a ‘La Sergio’, todos saben su fecha de entrada, pero todos desconocen su fecha de salida (graduación).  A sus 20 años de edad puede sentir la emoción de estar cerca de su culminación como aprendiz del derecho. Nació con un innato talento para esculpir y la pintura, su vida universitaria lo ha llevado a pasar por varios grupos culturales, en los cuales se ha destacado por su compromiso y en algunos por su creatividad.


Cuando Alejandro estuvo en el bachillerato, pasaba la mayor parte del tiempo solo “En esos años no me parecía tan mala la idea de estar solo en casa”, Afirma López. Pasar la tarde viendo televisión, comer lo que quisiera, sin regaños y sin tener que hacer ningún mandado, es el sueño de todo adolescente, su hermana menor estudiaba de tarde y él de mañana, situación que le dejaba a cada uno seis horas de soledad.

Su madre comienza su turno de enfermera superior a eso de las 5:00 A.M., cuando aún se siente el denso frio de la madrugada y sol lentamente empieza a calentar los tejares, en su afán de dejar todo listo comparte baño con su esposo, que debe estar antes de las 6:00 en su oficina.

Un mal día de colegio como esos en los que ponen exámenes sorpresa y además te meten en problemas donde no tienes culpa alguna. Llega Wilson a su casa pisando la baldosa y abriendo la puerta con la misma fuerza destructiva de ‘Hulk’, envuelto en ira y sin saber exactamente porque, rompe algunos objetos dentro de la casa, repentina mente en la mesa de su cuarto encuentra un carboncillo grueso, lo tomó con tanta fuerza que rápidamente se convirtió en pequeños fragmentos del mismo, desesperadamente ataca una pared azul cielo en su cuarto, haciendo trazos de un lado a otro sin sentido alguno,  rápidamente se da cuenta que tiene un boceto de lo que podría ser una de sus caricaturas favoritas, ‘Superman’, su corazón pasó de latir 120 veces por minuto a su estado normal de 60/M, en ese momento se dio cuenta de que era lo más efectivo para calmarse.        

Durar tanto tiempo solo y sin necesidad de pedirles permiso a sus padres, hizo que todos quisieran andar con ‘El Will’, “solía tener muchos amigos, pero muchos amigos, ya de esa gente no me queda nadie y le doy gracias a dios por eso”, afirma López. Las personas que lo rodeaban en ese entonces solo hacían que se metiera en problemas, sus compañeros de colegio fueron los peores de todos, se hacían pasar por su amigo y aprovechaban la buena situación económica.

Como buen artista romántico, nunca le faltó la compañía femenina, esto hizo de Alejandro una persona comprensiva. No se le hace difícil llegar rápidamente a cualquiera que le llame la atención, siendo las mujeres unas de sus fuentes de inspiración, suele esculpir esbeltas siluetas llenas de pasión en cada fino detalle moldeado por sus dedos.

Entrar a la universidad le brindó a Wilson una nueva perspectiva de vida, ya no tenía tanto tiempo libre y poco a poco se fue convirtiendo en un profesional en su arte, unas de sus más grandes metas es poder llegar a viejo y seguir haciendo lo que más le gusta, además de terminar de pintar su cuarto, el cual quedó a medias en un ataque de ira.

Una de sus últimas obras fue una mariposa que empezó siendo monarca y terminó siendo una especie extraña salida de la imaginación de ‘Tim Burton’, esta le recuerda como un ataque de ira puede sacar lo mejor de sí. En espera de sus prácticas profesionales, Wilson divide su tiempo entre la pintura y el teatro, donde filosofando dice “La ley ha sido para mí el retrato más abstracto del derecho”, Wilson López. 

 

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