Un
diamante en bruto que empieza a brillar
Los
sueños de una eminente estrella samaria.
Por: Alberto Jiménez
Hábil. Así se puede definir
a Adrián Rafael Pérez Pérez, un joven guitarrista samario que sueña ser uno de
los mejores intérpretes de este instrumento en el mundo. De 1,75 mts de
estatura, pelo negro como su piel,
delgado y siempre con una sonrisa dibujada en la cara, así es este chico que cursa
undécimo grado en la Ciudadela Educativa Cooedumag, que además tiene 16 años.
Es ambicioso, responsable, y su principal sueño es estudiar música en un futuro
no muy lejano en Moscú, Rusia.
A diario, Adrián acude a sus
clases en su institución, motivado por estar en el último grado de
bachillerato, y ver cercano su grado del mismo, para así poder marcharse a
Europa, y conseguir su más anhelado sueño. Comparte con sus amigos y hace
bromas, algo que es característico en él.
En las tardes suele descansar por dos horas,
para después acudir a sus clases de guitarra. Pero él reconoce que no es como
todos los guitarristas. Adrián, a diferencia de muchos, toca música para Dios,
y manifiesta que su vida está consagrada a él.
El Centro Bíblico
Internacional ‘Emmanuel’ es el lugar
en el cual Adrián demuestra su destreza al momento de tocar la guitarra,
obviamente y tal como lo manifiesta él mismo: “Guiado por Dios”. Para este chico, más allá de los reconocimientos
que pueda obtener como guitarrista, hay algo más importante “Tocar para la
honra y la gloria de Dios, el Señor que todo lo puede”.
Muchos piensan que por su
religión, Adrián no escucha otro tipo de música, ¡Pero se equivocan! El hecho
de pertenecer a un grupo de música cristiana, obviamente tiene ciertas restricciones,
sin embargo, escuchar canciones de géneros como el vallenato, la salsa o el
pop, no es una restricción.
Muchas veces es juzgado, y
visto como ‘raro’ por otras personas, tan sólo por el hecho de ser un joven que deja una huella diferente a
la que dejan los demás. Aunque para Adrián, eso no es algo por lo cual
preocuparse, todo por el contrario, le halaga ser visto como un chico
auténtico, que no sigue las modas vanas que hoy en día reinan en la juventud.
Cada vez que se le pregunta
si ha sido víctima del fenómeno que ahora conocemos como bullying, reconoce que
quizás sí ha sido víctima de esto, y recuerda el sin número de veces que
jóvenes de su edad lo maltratan verbalmente, por el hecho de no seguirles la
corriente en muchas cosas las cuales son mal vistas por Adrián.
Suele afligirse por el
comportamiento que adoptan ciertas personas por el hecho de representar a una
parte muy significativa de adolescentes que le sirven a Dios, pero en su
corazón no hay rencor hacia esas personas, puesto que sabe que arriba hay un
Dios que todo lo sabe y está con él en los momentos más difíciles.
‘Chan’ como es llamado por
allegados, siempre ha puesto el listón bien alto, debido a que sus sueños están
al otro lado del mundo: En Rusia. Él es consciente que para lograr las cosas se
necesita esfuerzo, y por eso día a día se empeña en trabajar más fuerte para
conseguir todo lo que se ha propuesto.
Lento, así como su caminar,
transcurre el tiempo para Adrián. Añora conseguir todas sus metas, y
recompensar a sus padres por todo el apoyo que le han brindado en su corta
carrera como guitarrista. Él, encuentra en su núcleo familiar la inspiración y
el motivo por el cual seguir adelante y superar los obstáculos que se le
presentan. Claro, sin olvidar que de su mano va tomado de Dios, el principal
responsable de lo que hoy en día es Adrián Rafael Pérez Pérez.
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