El
Rodadero, fuente de ingresos: El Capitán Mopri
Por: Francys Gutiérrez
Cuando
llegamos a El Rodadero nos encontramos con un sin número de personas que
disfrutan de este espacio turístico, conformado por grandes edificaciones y una
hermosa playa a la cual llegan muchas personas de todas partes mundo, con el
objetivo de vacacionar y relajarse en este lugar paradisiaco, aquí se pueden
disfrutar del paisaje, la magia del mar y comidas de toda clase.
Como
todo lugar turístico El Rodadero cuenta con una cantidad de vendedores
ambulantes que se pasean por la orilla de la playa en busca de conseguir
compradores, porque si para los turistas el Rodero representa un sitio al cual
van a descansar, para los comerciantes es todo lo contrario, puesto que allí es
donde consiguen el pan de cada día, es decir, el sustento de sus hogares.
El
comercio en El Rodadero es muy amplio, debido a que aquí se consigue de todo un
poco “desde lo más pequeño hasta lo más grande”, afirma uno de sus habitantes.
Ahora
bien, cuando nos paseamos por este lugar nos llama la atención un personaje que
dice conocer todos los secretos del mar, él se hace llamar El Capitán Mopri,
pero en realidad su nombre de nacimiento es Álvaro Redondo Rodríguez, hombre de
aproximadamente 50 años, alto de piel morena, cabello negro y voz gruesa.
El
Capitán Mopri se dedica a venta de
cocteles desde hace 25 años y es reconocido en el lugar por la manera en cómo
se viste y el diseño personalizado de su
sitio de trabajo, dado que estas dos se relacionan con el lugar, pues el carro
donde se elaboran los cocteles es con forma de barco y él se encuentra vestido
de blanco y con un quepis que adorna su cabeza, los cuales van de la mano con
el lugar y su labor. Se encuentra vestido “como todo un Capitán Marino”,
expreso Álvaro Rodríguez.
El
hombre que conoce los secretos del mar es oriundo de Camarones, La Guajira,
pueblo en el que en el que se dedican a la pesca y recolección de todos estos
beneficios que nos brinda el mar. Pues como buen camaronero ha hecho buen uso
de sus raíces y las ha puesto tanto en práctica que nos dice que no hay mejor
coctel que el que se prepara en su en su puesto de ventas.
El
mejor coctel que se puede comer un turista es el que compre en la Coctelería
Delimar El Capitán Mopri, nombre de su sitio de trabajo y su significado es,
primo al revés, modismo de los guajiros. Así lo afirma por qué siempre sus
clientes se van satisfechos y lo recomiendan a donde van, tanto así que vuelven
o vienen personas enviadas por otras que ya han tenido el placer de disfrutar
de una de estas delicias marinas, las cuales pueden degustar sin ningún miedo a
ser intoxicados, porque el señor Álvaro mantiene las normas de higiene y
cuidado al momento preparar el producto y escoger el camarón que va a utilizar.
“Si
los cliente vuelven es porque les gusta lo que yo hago”: El Capitán Mopri.
La
jornada laboral del propietario de la Coctelería Delimar donde El Capitán Mopri,
inicia a las 4:00. P.m, y finaliza a las 12:00. A.m, a la hora que don Álvaro
finaliza su jornada laboral emprende su camino hasta Ciénaga, pueblo donde vive
con su esposa e hijas desde hace muchos años. Esta es la rutina diaria del
señor Álvaro Redondo, monotonía que no lo cansa, dado que su oficio le deja
buenos ingresos.
Por
otra parte, Álvaro asegura que gracias a su trabajo hoy en día es hombre de
muchos logros de los cuales se siente orgulloso, porque todos estos los ha
conseguido mediante su trabajo y no le cuesta tanto, porque hace lo que le
gusta y afirma que cuando las cosas se hacen por gusto salen y bien y nos
cuesta trabajo realizar y sin duda, ya que, cuando nos desempeñamos en algo que
nos gusta es mejor.
Recapitulando,
todos los logros obtenidos por el señor Álvaro no han sido propios, sin embargo
es como si lo fuera, porque ha logrado que sus hijas sean personas con estudios
superiores y tengan un mejor futuro y todo esto lo ha logrado por medio de la
venta de esas delicias marinas que solo él sabe preparar.
“Una
vez tuve un inconveniente con un turista, pues él me pidió el coctel más grande
y yo no le dije el precio, entonces él quiso cancelarme diez mil pesos, pero el
valor de ese coctel era de 25 mil pesos. Cuando yo le di ese precio al turista
él se escandalizó y me llevo a la Policía, pero eso fue falla de ambos porque
él no pregunto el valor y yo tampoco le dijo, sin embargo, este hecho se
solucionó, de manera que ni él, ni yo perdiéramos, hecho que se solucionó y no
paso a mayores, porque se llegó a un acuerdo. Ha sido el único inconveniente
que he tenido y se solucionó porque el cliente siempre tiene la razón”: expreso,
Álvaro Redondo.
Cuando
visitemos El Rodadero no se nos olvide pasar por la mejor Coctelería Delimar donde
El Capitan Mopri, con los secretos del mar, podemos encontrar cocteles de
distintos precios y sabores con las distintas especies marinas.
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