Por: Francys Gutiérrez
José Loaiza, tiene 53 años, nació en el Líbano, Tolima y vive en el departamento del Magdalena hace aproximadamente 30 años. Actualmente se gana la vida vendiendo chicles, con el dinero que gana diario le alcanza para vivir dignamente y mantener sus ahorros, porque además de ser vendedor es un economista de la vida.
“Padezco de esclerosis, una enfermedad de la cual no
se conocía mucho, pero hoy en día saben de ella por todos esos videos que salen
en la televisión, en los cuales, los famosos se reta al baño de agua con
hielo”. Afirma José Loaiza.
Al observar a José Loaiza encontramos con un hombre
que siempre mantiene una sonrisa en su rostro y actitud positiva ante las
adversidades y obstáculos que se le presentan en la vida, pues el a pesar de
padecer Esclerosis es consciente y
expresa con una sonrisa en su rostro, sin entristecerse en ningún
momento de que la enfermedad como el bien lo dice “solo la cura un milagro de
Dios”.
José se encuentra hace 19 meses en una silla de
ruedas, sin embargo el estará discapacitado no lo limita de hacer nada, dado
que, es capaza de hacer todo por sus propios medios, sin que nadie lo ayude,
desde bañarse hasta trabajar, para conseguir sus alimentos y pagar el cuarto
donde vive hace más de un año.
Loaiza se ha adaptado a su enfermedad, pero el
afirma que no puede continuar sentado en la silla de ruedas, puesto que, esta
va terminar por deteriorar su físico y que la Esclerosis vaya terminando con la
movilidad total de sus piernas, el cree que la solución es dejar de usar la
silla de ruedas y empezar a usar un
caminador, pero él no cuenta con la cantidad de dinero que este artículo de
ayuda técnica, además este le ayudaría a realizar las cosas con mayor facilidad
y sus piernas estarían ejercitándose constantemente.
Las personas que tienen esclerosis no se les brinda ayuda,
aunque muchos crean que las campañas del Ice Bucket Challenge o baldado de agua
fría es para ayudar a los afectados por la enfermedad, “que va eso no es ayuda
para nosotros, eso es para ayudar a los científicos a conseguir la cura de la
enfermedad, pero a esa cura si es que la consiguen muchas afectados como yo no tendremos
acceso, por el costo que va tener, así que me parece que los famosos que se
bañan con el agua fría lo hacen más por conseguir fama que por ayudarnos.”,
José Loaiza.
Mientras tanto José Loaiza continua vendiendo
chicles y minutos, para conseguir su sustento diario, aunque a él realmente le
gusta es trabajar en el campo, actividad que en la que se desempeñaba antes,
pero que le tocó abandonar con tristeza por la enfermedad.
“Yo, desde hace dos años que me entere que tenía esclerosis,
desde ese momento deje de estar alado de mis dos hijos y mis tierras, donde hacia lo que me gusta y
compartía con mi familia”. José Loaiza, además de enterarse de su enfermedad
tuvo que pasar por la ruptura con su esposa y la separación de sus hijos, pues
eso es lo que más lo pone triste, el estar lejos de sus dos hijos, pero cada
día lucha por salir adelante.
José nunca fue a una universidad y no terminó el
bachillerato, sin embargo él es un economista empírico, a quien la universidad
de la vida le ha enseñado estrategias, para saber administrar su dinero, don
que se ha encargado de transmitirle a sus hijos, porque él dice que todos debemos
ser economistas, para que el dinero nos rinda, consejo que le da no solo a sus
hijos, sino también a cada persona con
la habla y si tiene la oportunidad le enseña estrategias para ahorrar.
A pesar de las situaciones adversas que se le han
presentado en la vida, como estar lejos de sus hijos, dejar su vida en el campo
y de estar afectado por esta enfermedad degenerativa, José no reniega de nada,
puesto que en la vida hay que saber afrontar los obstáculos que ella se
presentan y superar cada uno de ellos para que no se conviertan en
impedimentos, así lo manifiesta Loaiza.
Gracias a sus dotes de economista José con lo que le
queda de ganancia de sus ventas ha ido ahorrando para poder comprar el
caminador que tanto necesita, dado que si cuenta con la esta herramienta se le
facilitaría su desplazamiento y no se deteriorarían sus puertas, puesto que
estarían en funcionamiento continuo.
“La fortaleza para salir adelante me la da Dios y
mis hijos”. José tambien afirma que el
que está con Dios nada le falta, porque en su camino se le aparecen personas que
le brindan su ayuda, por eso él a donde quiera que va predica la palabra y
cuenta su historia de vida para que las personas sean testigo de su actitud y
no se pongas limitaciones en la vida al momento de realizar labores.
José Loaiza aconseja a todas las personas a que se
mantengan pendiente de su salud y que el padecer de una enfermedad degenerativa
como la que él tiene no es razón suficiente para dejar de vivir todas las
oportunidades que se presentan a diario en la vida, pues hay que aprovechar
cada instante haciendo lo que a uno más le gusta e ir desafiando cada obstáculo que se presente en
la vida y convertirlo en una experiencia fructífera de la cual se aprende y se
adquiere experiencia.
“Si me caigo me levanto, soy capaz de continuar”,
José Loaiza
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