Vive en el pando
"Me siento orgulloso de mi oficio, gracias a eso
estoy donde estoy", Francisco Cárdenas
Tienes seis hijos, los cuales son tres mujeres y tres
hombres. Ellos son su inspiración para lograr lo que quiere en la vida.
Por: Juditza Fuenmayor
Un hombre trabajador,
amoroso, con ese radiante color de piel
afrodescendiente, humilde, carismático, con
dientes de color de una perla, sus ojos cafés, que transmiten alegría y a
la vez tristezas, que solo se dedica a darle amor a su familia.
Cada cosa que hace es por
amor, sus hijos son su mayor motor, esta persona es Francisco Cárdenas Correa
de 63 años. Desde hace 35 años se dedica
a vender fritos en el CAI de El Rodadero, un lugar muy visitado por los
turistas.
Además, se siente orgulloso
del trabajo que tiene, desde las 6 de la mañana, hasta las 10 a.m., se dedica a
este oficio y les entrega su amor. Francisco es cartagenero y extraña su cuidad,
pero dejó muy claro porqué está en Santa Marta: “Me siento feliz en Santa Mara,
Cartagena es mí cuidad, pero Santa Marta me vio crecer y mis hijos son de
aquí", afirmó.
Sus fritos son muy
conocidos, todos llegan preguntando por "Francis", como muchos amigos
le dicen. Sus compañeros lo definen como una persona muy guerrera, porque ha pasado
por muchas adversidades pero siempre está con una sonrisa independientemente de
cómo esté su ánimo.
De igual forma, su manera de
pensar de la vida, es que “uno mismo se impone su futuro, pero uno debe ser
pasivo y alegre, que la vida solo se hizo para disfrutarla y no amargarse, así
sea que estén pasando por muchas necesidades”.
Desde hace 40 años vive en
Santa Marta, tienes seis hijos, los cuales ya formaron todos su familia. En
momentos se siente triste porque tiene 12 nietos del cual solo 6 lo van a visitar,
"Muy raramente veo a mis nietos y creo que lo que más feliz pone a un
abuelo es ver a sus nietos", dijo con mucho sentimiento.
Cuando finaliza de vender
fritos, se dirige hacia su casa para estar un rato con su esposa y, luego, en
las tardes se dedica a arreglar patios, siempre ha tenido la perspectiva que un
hombre siempre debe trabajar y hacer algo, por eso trabaja de lunes a domingo
sin parar. Solo cuando quiere, se da su descanso, del resto se dedica a esto.
Cecilia es la que le ayuda
con los fritos, esta mujer fue la que le tendió la mano cuando llegó a la Cuidad,
ella tiene una microempresa y es la que hace los fritos y se los da para que él
para que los venda y así pueda ayudar a su familia.
Tiene muchos propósitos en
su vida, como estudiar, que por algunas situaciones no logró hacerlo, pero de
igual forma, hizo lo posible porque sus hijos tuvieran estudios y fueran lo que
hoy en día son: personas estudiadas.
Millones de lágrimas han
pasado por el rostro de Francisco, pero él prefiere no hablar de sus tristezas
si no de sus alegrías, “que son los momentos que uno como persona viva y pueda
disfrutar de lo que uno tenga o quiera lograr para el resto de su vida”.
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