lunes, 24 de noviembre de 2014

Crosthwaite Paula, Crónica sobre una calle


Entre tacones y tragos

La calle del amor y unas cuantas sábanas

El callejón Madrid  

Por: Paula Crosthwaite

Santa Marta, una ciudad turística llena de lugares que visitar, donde puedes encontrar desde la calle más sola y elegante, hasta la más visitadas y llena de miseria, también podemos encontrar playas que deslumbran a cualquier visitante y los enamoran con el vaivén de las olas, dejándolos enamorados de la Perla de América, sus calles dejan al descubierto años de historia y recuerdos, de calles que fueron recorridas por las familias más pudientes de la sociedad, en caballos que los llevaban a recorrer lugares donde podían obtener algo de  paz y tranquilidad

La calle 10 un calle como cualquier otra, ubicada en la zona centro, cerca de las playas de esta hermosa ciudad, tranquilidad y normal así la podrían definir las personas que vienen de visita a Santa Marta, es como cualquiera de la ciudad llena de carros, andenes, hoteles de mala muerte y personas que pasan todos los días del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, arboles, perros en la calle que ladran al pasar de los carros, vendedores de frutas que pasan todos los días por los mismo lugares a llevar frutas a las familias que a diario desean comprarlas.

Una calle sola por las tardes y muy llena por las noches, carros van y vienen a altas horas de noches, policías en motos recorriendo el lugar ese es el panorama que todos pueden observar al pasar por la calle Madrid a eso de las 10 pm, cuando ya las familias de la cuadra han decidido entrar a sus casa y dejar la calle sola pata las chicas de la mala vida, como así las conocen.

La diez, “ la calle de las putas”, como así la conocen los samarios, la calle donde muchas mujeres de la vida alegre en las noches trabajan por gusto o por pura necesidad, en el día es una calle normal con personas y niños jugando en las calles, pero que en la noche se convierte en la calle de los adultos que buscan algo de compañía por unos cuantos pesos, en esta calle tan pequeña de estrato tres, llena de carros de vendedores ambulantes, trafico que puede volver loco al habitante más calmado de la ciudad.

La calle de las faldas cortas

Así describen o suelen llamar los señores de edad esta calle que en las noches la podemos observar oscura y llena de tristeza, mujeres con faldas cortas llenas de vergüenza en cada esquina y andén, carros que bajan la velocidad al encontrarse con cada una de estas mujeres, tiendas de barrio que a las 8 de la noche empiezan a cerrar sus puertas, y madres que a las seis de la tarde llevan a sus hijos al interior de sus viviendas para que no tengan que observar de vergüenzas de la vida.

La calle Madrid

La calle del amor, de las oportunidades, de la desgracia de la sociedad, la parte vergonzosa de la perla, así la describen los habitantes de la misma, está marcada por la facilidad de las mujeres que por años han trabajado en ella, y que con el pasar de los tiempo todos llevaremos ese recuerdo de la calle que aceptó la prostitución como trabajo digno de una mujer.

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