jueves, 27 de noviembre de 2014

Andrade Freddy, Crónica de El Rodadero



Su adversidad le llevó a cumplir su gran pasión

“Retrocederme en el tiempo, para narrar mi presente, es quizás de refuerzo  para aquellas personas que no se creen capaces de progresar”.

Por: Freddy Andrade

Su nombre es Juan Vásquez un hombre de 50 años de edad. A los 20 años empezó a construir su sueño a causa de la muerte de su madre, que al día de hoy no supera, convirtiéndose en cantante del género vallenato.

“Una mañana como de costumbre, llegaba a mi casa, luego de estar agotado por unas largas horas de trabajo, me propuse a descansar, pero inquieto de no escuchar a mi madre en casa, con quien había vivido toda mi vida, decidí ir a ver qué hacía. Raro en ella porque siempre permanecía en la cocina preparando la comida o haciendo alguna labor, diciendo que era su lugar favorito”, manifiesta Vásquez, bajando la cabeza, tratando de esconder su rostro de tristeza.

Mientras por su mejilla corrían lágrimas, tomó impulso y siguió contando cómo fue ese momento angustioso de sentir por primera vez, de todos los 20 años, que había llegado a su casa la ausencia de esa vieja de hermosa voz.

“Como primer lugar al que me dirigí fue justo a su cuarto donde tenía las esperanzas de verla acostada, pero llegar ahí y percibir ese cuarto vacío, aumentó mi desespero, presentía que algo no estaba bien e imaginándome lo peor que terminó justo siendo así”.

“Saliendo de su cuarto, dirigiéndome hacia la parte superior de la casa, subiendo las escaleras encontré a mi madre tirada en el suelo, haciendo movimientos desesperantes con sus brazos como tratando de buscar oxígeno”, dijo Juan.

“Mi angustia de verla de esa manera hizo que tomara fuerzas, encajé mis brazos por su cuerpo, sosteniéndola hasta las afueras de mi casa y acomodándola en la parte trasera de mi auto para llevarla rápidamente al hospital”, afirmaba el cantante.

“La ingrese al hospital La Milagrosa de Santa Marta quedando impaciente, y encomendándole a Dios que hiciera su obra en ella, al cabo de segundos salió el doctor a darme la noticia de que mi madre había muerto”, comentaba Juan.

Juan decía “¿Qué iba a ser de mi vida a los 20 años? Dice que era lo que se preguntaba sin saber que luego de haber fallecido su ‘vieja’ la música sería su refugio. “En mis tiempos libres me dedicaba a escuchar música  vallenata, recuerdo tanto que en ese entonces estaba pegando Alfredo Gutiérrez”.

“Decidí dejar mi trabajo, para dar pininos a lo que realmente me apasionaba, la música. Fue entonces donde busqué a mi amigo Rafael Villa, el cual era un gran amigo mío, que en ese momentos era reconocido por ser buen acordeonero”.

Juan cuenta que “Cuando me contacté con él, y justo él me dijo que no tenía un cantante, ahí fue cuando vi mi oportunidad como músico hecha realidad, y cuando él me escucho cantar supo que había encontrado su cantante. En ese momento mí vida estuvo llena de éxitos en la música, hasta que mis hijos nacieron y me dediqué a cuidarlos y dejé la música”. 

Esta historia de este gran hombre nos enseña, que dentro de toda adversidad, siempre se puede salir adelante. Uno decide si se queda con la tristeza dentro de su corazón o si decide hacer algo diferente en su vida y que esa tristeza se vuelva felicidad en el mañana.

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