lunes, 24 de noviembre de 2014

Ramos Yelmis, Crónica sobre una calle

La Guajira y su diversidad cultural

Avenida la Marina y sus atractivas  artesanías.

En la ciudad riohachera, la más colorida, reconocida y mencionada calle donde se vive la emoción de todo tipo de festividades, es la famosa “avenida primera”

Por: Yelmis Ramos

Por la alegre calle de la avenida primera en Riohacha  (La Guajira), se respira un aire puro y se disfruta del sabor del ambiente y al mismo tiempo del  entusiasmo, la música y el movimiento que desde los jueves hasta el día domingo empieza a surgir con las parrandas mientras los turistas concentran su atención alrededor de las bellas y tejidas mochilas hechas por las indígenas wayuu.

Hoy es sábado 12 octubre, son las 5:37 de la tarde, y la brisa en esta transitada calle se hace fuerte por el oleaje del mar y porque se acerca un gran aguacero. Ya empezó  a caer las primeras gotas gruesas en la entrada del parque los cañones, se observa como los vendedores acostumbrados a ubicarse en toda la avenida recogen sus mochilas y las meten en un saco de fique que cubren bajo el techo de  los colegios, bancos y quioscos.

Ya casi escampa y anocheció, en la desolada primera, solo se denota la presencia del señor Juan Miguel, conocido como “don pepe”, un vendedor de mango que todos los días se ubica diagonal al Hotel Taroa. Este hombre cuenta con orgullo todo lo relacionado con la preciosa cultura Wayuu, a la que admira por la simbología y armonía de su tejido hecho a mano, esa pasión con que mezclan los colores y la textura y calidad de sus obras.

“cada mochila tejida por las manos de las wayuú es única e irrepetible."

Rodeado de una extensa playa, la avenida primera cuenta con otro privilegios atractivos entre ellos; su articulación con el Muelle Turístico y el Camellón sobre la franja costera de la Avenida La Marina, diseñado para ejercer la caminata a placer y deleitar la vista con el paisaje del Mar Caribe y haciendo amena la  conversación entre transeúntes. Las doce columnas interpretativas sobre el paisaje y la cultura de La Guajira.

El muelle que la caracteriza, es largo, de madera  más o menos de 1.200 metros que se adentra en el mar. Visitado por los turistas que llegan de otros países  recorriéndolo hasta el final  y contemplando lo maravillosos paisajes a su alrededor. Donde por leyenda ha sido catalogado como “el encuentro de los novios” expresa el señor Ricardo Mejía, que se encuentra todos los días a la entrada de este lugar vendiendo gaseosas.

Para los habitantes de la capital Guajira, aminar por esta calle es dar un  Paseo por la Marina, por yodas las bellezas que la adornan como las  artesanías Wayuu en el Camellón de la Avenida. Pues entre mochilas, bolsos, mantas, collares, manillas, turbantes y productos típicos del departamento de La Guajira no hay como disipar la mirada.

 Regularmente los turistas conocen estas culturas interesantes, y todo está cerca, los hoteles están frente al mar al igual que los restaurantes, donde estos son atendidos con atención y amabilidad. Durante las noches está iluminado con luces multicolor que le dan una atmósfera de perpetuo festival.

Todos estos lugares que están ubicados a la orilla de la vía, son reconocidos  como el centro de la ciudad entre esos se destaca: el Monumento del artista plástico Gino Márquez,  la catedral de los remedios, el parque almirante padilla y el malecón sobre la calle primera, un bello lugar adoquinado, que separa la calle del mar y en el que las indias wayuú venden sus artesanías: bolsos, manillas, chinchorros, de hermosos y vivos colores. Por la avenida primera se encuentran otras edificaciones importantes de la ciudad: la biblioteca departamental y al finalizar el parque Nicolás de Federman o parque de los cañones, porque allí reposan aquellos cañones que sirvieron para defender la ciudad de los ataques enemigos durante la colonia.

Por esta avenida se pueden mirar las tranquilas playas sorteadas por una masa compacta de palmeras entre el malecón y la playa donde se colocan sillas y se ubican numerosos vendedores. No son de arenas  doradas, más bien parece tierra negra. Pero están protegidas por numerosos  jarillones y aunque el mar tiene una apariencia oscura porque el rio Ranchería  desemboca muy cerca en el mar, es muy limpia.

Son playas bastante frecuentadas, están repletas de lugareños, los días sábado y domingo, lo  que las hace especiales. Habitantes de Riohacha, guajiros en general, muy  amables que escuchan a todo volumen y cantan a todo pulmón vallenato, que generan pequeñas parrandas agrupados en sillas, en las que, acordeón y guacharaca  en mano improvisan puyas vallenatas. Es un ambiente agradable, los vendedores  atienden muy bien y la pasan muy bien, pero se debe preguntar primero por lo  que se va a tomar o comer y pujar por el precio, porque de lo contrario te vas a  llevar una mala sorpresa.

Esta calle hoy en día sigue siendo la misma, con esas características descritas por los mismos habitantes de ella, siendo una avenida que en gran parte abarca toda la orilla ocupada por indígenas wayuú y también se encuentran las discotecas donde se enrumban las personas los fines de semana con una vista hacia el mar.

Siempre es un lugar recomendado, por eso es tan famoso y escuchado en la ciudad de Riohacha.

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