Avenida la Marina y sus atractivas artesanías.
En la ciudad
riohachera, la más colorida, reconocida y mencionada calle donde se vive la
emoción de todo tipo de festividades, es la famosa “avenida primera”
Por: Yelmis Ramos
Por la alegre calle de la avenida primera en Riohacha (La Guajira), se respira un aire puro y se
disfruta del sabor del ambiente y al mismo tiempo del entusiasmo, la música y el movimiento que
desde los jueves hasta el día domingo empieza a surgir con las parrandas
mientras los turistas concentran su atención alrededor de las bellas y tejidas
mochilas hechas por las indígenas wayuu.
Hoy es sábado 12 octubre,
son las 5:37 de la tarde, y la brisa en esta transitada calle se hace fuerte
por el oleaje del mar y porque se acerca un gran aguacero. Ya empezó a caer las primeras gotas gruesas en la
entrada del parque los cañones, se observa como los vendedores acostumbrados a
ubicarse en toda la avenida recogen sus mochilas y las meten en un saco de
fique que cubren bajo el techo de los
colegios, bancos y quioscos.
Ya casi escampa y anocheció,
en la desolada primera, solo se denota la presencia del señor Juan Miguel,
conocido como “don pepe”, un vendedor de mango que todos los días se ubica
diagonal al Hotel Taroa. Este hombre cuenta con orgullo todo lo relacionado con
la preciosa cultura Wayuu, a la que admira por la simbología y armonía de su
tejido hecho a mano, esa pasión con que mezclan los colores y la textura y
calidad de sus obras.
“cada mochila tejida por las
manos de las wayuú es única e irrepetible."
Rodeado de una extensa
playa, la avenida primera cuenta con otro privilegios atractivos entre ellos; su
articulación con el Muelle Turístico y el Camellón sobre la franja costera de
la Avenida La Marina, diseñado para ejercer la caminata a placer y deleitar la
vista con el paisaje del Mar Caribe y haciendo amena la conversación entre transeúntes. Las doce
columnas interpretativas sobre el paisaje y la cultura de La Guajira.
El muelle que la
caracteriza, es largo, de madera más o
menos de 1.200 metros
que se adentra en el mar. Visitado por los turistas que llegan de otros
países recorriéndolo hasta el final y contemplando lo maravillosos paisajes a su
alrededor. Donde por leyenda ha sido catalogado como “el encuentro de los
novios” expresa el señor Ricardo Mejía, que se encuentra todos los días a la
entrada de este lugar vendiendo gaseosas.
Para los habitantes de la
capital Guajira, aminar por esta calle es dar un Paseo por la Marina, por yodas las bellezas
que la adornan como las artesanías Wayuu
en el Camellón de la Avenida. Pues entre mochilas, bolsos, mantas, collares,
manillas, turbantes y productos típicos del departamento de La Guajira no hay
como disipar la mirada.
Regularmente los turistas conocen estas
culturas interesantes, y todo está cerca, los hoteles están frente al mar al
igual que los restaurantes, donde estos son atendidos con atención y
amabilidad. Durante las noches está iluminado con luces multicolor que le dan
una atmósfera de perpetuo festival.
Todos estos lugares que
están ubicados a la orilla de la vía, son reconocidos como el centro de la ciudad entre esos se
destaca: el Monumento del artista plástico Gino Márquez, la catedral de los remedios, el parque
almirante padilla y el malecón sobre la calle primera, un bello lugar
adoquinado, que separa la calle del mar y en el que las indias wayuú venden sus
artesanías: bolsos, manillas, chinchorros, de hermosos y vivos colores. Por la
avenida primera se encuentran otras edificaciones importantes de la ciudad: la
biblioteca departamental y al finalizar el parque Nicolás de Federman o parque
de los cañones, porque allí reposan aquellos cañones que sirvieron para defender
la ciudad de los ataques enemigos durante la colonia.
Por esta avenida se pueden
mirar las tranquilas playas sorteadas por una masa compacta de palmeras entre
el malecón y la playa donde se colocan sillas y se ubican numerosos vendedores.
No son de arenas doradas, más bien
parece tierra negra. Pero están protegidas por numerosos jarillones y aunque el mar tiene una
apariencia oscura porque el rio Ranchería
desemboca muy cerca en el mar, es muy limpia.
Son playas bastante
frecuentadas, están repletas de lugareños, los días sábado y domingo, lo que las hace especiales. Habitantes de
Riohacha, guajiros en general, muy
amables que escuchan a todo volumen y cantan a todo pulmón vallenato,
que generan pequeñas parrandas agrupados en sillas, en las que, acordeón y
guacharaca en mano improvisan puyas vallenatas.
Es un ambiente agradable, los vendedores
atienden muy bien y la pasan muy bien, pero se debe preguntar primero
por lo que se va a tomar o comer y pujar
por el precio, porque de lo contrario te vas a
llevar una mala sorpresa.
Esta calle hoy en día sigue
siendo la misma, con esas características descritas por los mismos habitantes
de ella, siendo una avenida que en gran parte abarca toda la orilla ocupada por
indígenas wayuú y también se encuentran las discotecas donde se enrumban las
personas los fines de semana con una vista hacia el mar.
Siempre es un lugar
recomendado, por eso es tan famoso y escuchado en la ciudad de Riohacha.
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