Un partido que deja huellas
La emoción que se vive al entrar a un estadio es
indescriptible, y más cuando para un hincha significa todo.
Todo empieza cuando aún el marcador estaba cero a cero,
ninguno de los dos equipos marcaban gol. La ansiedad de las personas se podía
percibir, la bulla de los hinchas por animar a su equipo era inigualable, el
ruido que se hacía con esos pitos y bocinas era impresionantes, a algunos les
molestaba pero para otros eso era música para sus oídos.
Miguel José Urbina, un joven con tan solo 21 años de edad,
no se pierde ningún partido de su equipo favorito, el Unión Magdalena. Aún
recuerda su primer partido el cual fue en compañía de su padre. La emoción que
este le transmitía era única, comenta que no había conocido a un hincha tan
apasionado por su equipo como su padre; eso fue lo que hizo que creciera cada
día más su amor hacia el equipo.
Ver como cada jugador lucha por sacar adelante a su
equipo es difícil de decir, pero basta ver el amor y el empeño que estos ponen
para que sus fanáticos no se vayan decepcionados del partido. A veces se ve la
brusquedad que tienen algunos jugadores contra los otros, tanto es así que
algunos suelen salir lastimados.
En un partido de futbol se ve de todo, riñas entre las
barras bravas, pero afortunadamente todo esto está siendo controlado por las
autoridades; ya que antes, las peleas que se ocasionaban después de cada
partido entre las barras bravas eran impresionantes.
Pero por fin llegó el momento que todos estaban
esperando, el gol que tanto anhelaban y que por fin su jugador estrella lo hizo.
La alegría no se esperó y era de esperarse que los que le iban al equipo en
contra, algunos se enojaran y otros se entristecieran.
En un partido de futbol también se ven los vendedores de
comidas rápidas, algunos llevan un chaza colgada de sus cuellos, en algunos se
puede notar el cansancio en su cara pero en otros la alegría de poder estar ahí
acompañando a su equipo del alma sin importar las condiciones. Así como dicen
algunos: “así llueva o relampaguee estaré
apoyando a mi equipo hasta el final”, son sentimientos que un verdadero
hincha siente.
“No importa como termine el marcador”, dice Miguel, lo
único que importa es salir con la satisfacción de ver como juega su equipo, porque
no es solo estar con el equipo en las buenas sino también en las malas.
Pero lo que se vive después de un gran partido es lo
mejor, porque muchos salen a festejar en sus casas, la fiesta que se arman son
tan buenas que hasta duran dos días de seguido. En algunas se arman peleas pero
así mismo se arreglan, porque para ellos es más importante la unión.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar